- Área: 143 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Andrés Flajszer
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La parte más conflictiva, de este piso del ensanche de Barcelona, desde el punto de vista lumínico y de organización es claramente su centro. Las zonas en contacto con los patios interiores y el núcleo de comunicación vertical. Las partes que están en contacto con las fachadas tienen ya las condiciones ideales para funcionar por sí mismas, y por lo tanto no hay que hacer casi nada. Así, que de entrada se plantea una doble aproximación al proyecto.
Convertir el conflicto del centro en un aliciente, en una zona, que no sólo funcione sino que sea una zona apasionante y excitante. Y, proyectar el “hacer casi nada” en las otras partes del piso.
La parte central se aborda desde la eliminación de una excesiva fragmentación y por la implementación de sistemas de habitabilidad más contemporáneos donde las circulaciones y los programas estáticos se mezclen de manera natural y evitar así espacios únicamente de paso.
El centro se transforma en un paisaje que contiene 3 cajas cerradas con un box de música, un baño-lavadero y un baño-cocina. Un paisaje donde los elementos de carácter móvil se van disponiendo de manera libre y no jerárquica. Elementos que se utilizan puntualmente y que conviven con otros elementos en este contexto común. Un paisaje donde los límites no estan tan definidos, y se absorven dinámicas contemporáneas de carácter más difuso y entrelazado. Un paisaje que soporte las múltiples variaciones y transformaciones a la misma velocidad que somos capaces de hacerlas en contextos más urbanos.
Al mismo tiempo, la nueva organización enfatiza la continuidad espacial de los pavimentos y de los falsos techos, como elemento de soporte básico de este paisaje, solo delimitado por las trazas de las antiguas habitaciones.
Este paisaje también nos da una cierta tranquilidad en no hipotecar programáticamente el piso, y nos permite el lujo de no saber como vamos a vivir en los próximos 50 años. Un soporte de indefinición forzada para ser capaz de absorber el máximo de actividades variables, como a día de hoy son la producción de guiones, de tejidos, de ilustraciones, de comidas, de música, de dibujos.... Actividades imposibles de aislar, y que se encadenan de manera natural las unas con las otras. Una fábrica doméstica de creación.
La otra parte, se concentra en el esfuerzo de la invisibilidad de “hacer casi nada”. En algunas estratégias de eficiencia económica. En aprovechar las estructura de las cajas de madera para concentrar todos los pasos de las instalaciones. En mantener carpinterias y moverlas de sitio. En reciclar los ladrillos existentes para nuevos tabiques. En climatizar lo indispensable. En gestionar la galeria como espacio intermedio de regulación térmica. En definitiva, en comprimir espacialmente el número máximo de capas que intervienen en la reforma para regalar la indefinición necesaria para que se convierta realmente en un nuevo paisaje doméstico.